La detección precoz de un déficit visual nos
permite su rehabilitación o corrección ya sea de forma parcial o total, la
intervención temprana y la educación especial pueden contribuir a minimizar las
consecuencias.
Recordemos que al nacer el sistema visual
del niño aun no se ha desarrollado completamente, sino que lo hace desde el
nacimiento hasta aproximadamente los 7 años de edad y necesita que ambos ojos
reciban estímulos similares para que su corteza visual se desarrolle, si alguno
de los ojos no funciona bien se disminuye la agudeza visual, se altera la
visión binocular y perdemos la capacidad de visión, de profundidad o
estereopsis.
Por todo esto es recomendable una revisión
anual.
Higiene
Visual:
Para conseguir una función visual adecuada es
imprescindible seguir ciertas reglas de comportamiento general que seguidamente
enumeramos:
- No debes acercarte en exceso al leer ni escribir, ni ladear o girar tu cabeza o espalda. Realiza todas las actividades de cerca a la misma distancia que hay entre codo y la primera falange del dedo medio.
- Al realizar tareas de cerca debes ser consciente de lo que te rodea.
- Para facilitar una buena postura al leer o escribir es conveniente que el plano de la mesa tenga una inclinación de 20 grados.
- No leas o estudies cuando estés demasiado cansado o a punto de dormirte. Tampoco leas o estudies nada más levantarte por la mañana, espera al menos quince minutos.
- Cuando leas, de cuando en cuando, mira a lo lejos alguna imagen (números de un calendario, por ejemplo)
- Cuando estudies, coloca una marca tres o cuatro páginas más adelante y al llegar a ella levántate y muévete al menos durante un minuto.
- Usa una iluminación general en la habitación, y otra centrada en la tarea que realizas de cerca pero que no te deslumbre.
- No veas la televisión a una distancia inferior a 2 ó 2.5 metros y asegúrate de mantener una buena postura. Debes tener iluminada la habitación, nunca a oscuras.
- Cuando vayas en coche evita la lectura u otras actividades de cerca, es preferible mirar lejos.
- Es conveniente hacerte un estudio optométrico cada año o en el momento que notes fatiga visual, dolores de cabeza, modificaciones en tu visión de lejos o en cerca o que desminuye tu rendimiento en los estudios o trabajo.
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La tensión ocular o presión intraocular (PIO)
es el valor de presión que existe
en el interior del ojo.
¿Qué
es la tensión ocular?
El ojo es un órgano aproximadamente esférico,
pero no es sólido por dentro y las cubiertas no son demasiado rígidas, así que
para conservar la forma esférica usa el mismo truco que el que usamos para
darle forma a un balón o un globo. Llenamos el interior de un fluido que está a
más presión de la atmosférica. Si el fluido del interior está a mayor presión
que lo que hay en el exterior, la cubierta se estira y adopta la forma
(aproximada) de esfera.
La presión dentro del ojo suele situarse en
torno a 15 mmHg, pero existe mucha variabilidad, de forma que se acepta un
rango de normalidad de 5 mmHg hacia arriba o abajo. Es decir, entre 10 y 20
mmHg se consideran tensiones normales. Una presión intraocular alta se considera a partir de 21
mmHg, y una presión baja por debajo de 6 mmHg.
La presión intraocular fluctúa a lo largo del
día, y cambia por motivos tan aparentemente banales como aguantar la respiración
o hacer fuerza con el párpado en el momento que le miden la presión
intraocular.
¿Es
mala la tensión ocular?
La tensión ocular es necesaria para el
funcionamiento del ojo y por lo tanto no es mala. El problema surge cuando la
presión intraocular está por encima de los parámetros normales, también es
problemático (de hecho, suele ser más problemático) que la presión intraocular
esté demasiado baja, pero esto no suele pasar casi nunca. Cuando la presión
intraocular está alta existe mayor riesgo de glaucoma. Pero ojo, no todas las
tensiones oculares altas implican glaucoma, ni todos los glaucomas tienen la
tensión alta.
CÓMO ES NUESTRO OJO.
El Ojo humano es un sistema óptico formado por un
dioptrio esférico y una lente, que reciben, respectivamente, el nombre de córnea
y cristalino, y que son capaces de formar una imagen de los objetos sobre la
superficie interna del ojo, en una zona denominada retina, que es sensible a la
luz.
El 50 % de la información que
recibimos de nuestro entorno la recibimos a través de los ojos. La ingente
información que recibimos en un simple vistazo a nuestro entorno se guarda
durante un segundo en nuestra memoria y luego la desechamos casi toda. ¡No nos
fijamos en casi nada!
Tras la córnea hay un diafragma,
el iris, que posee una abertura, la pupila, por la que pasa la luz hacia el
interior del ojo. El iris es el que define el color de nuestros ojos y el que
controla automáticamente el diámetro de la pupila para regular la intensidad
luminosa que recibe el ojo.
El cristalino está unido por
ligamentos al músculo ciliar. De esta manera el ojo queda dividido en dos
partes: la posterior que contiene humor vítreo y la anterior que contiene humor
acuoso. El índice de refracción del cristalino es 1,437 y los del humor acuoso
y humor vítreo son similares al del agua.
El cristalino enfoca las imágenes
sobre la envoltura interna del ojo, la retina. Esta envoltura contiene fibras
nerviosas (prolongaciones del nervio óptico) que terminan en unas pequeñas
estructuras denominadas conos y bastones muy sensibles a la luz. Existe un
punto en la retina, llamado fóvea, alrededor del cual hay una zona que sólo
tiene conos (para ver el color). Durante el día la fóvea es la parte más
sensible de la retina y sobre ella se forma la imagen del objeto que miramos.
Los millones de nervios que van
al cerebro se combinan para formar un nervio óptico que sale de la retina por
un punto que no contiene células receptores. Es el llamado punto ciego.
CÓMO VEMOS.
La córnea refracta los rayos
luminosos y el cristalino actúa como ajuste para enfocar objetos situados a
diferentes distancias. De esto se encargan los músculos ciliares que modifican
la curvatura de la lente y cambian su potencia. Para enfocar un objeto que está
próximo, es decir, para que la imagen se forme en la retina, los músculos
ciliares se contraen, y el grosor del cristalino aumenta, acortando la
distancia focal imagen. Por el contrario si el objeto está distante los músculos
ciliares se relajan y la lente adelgaza. Este ajuste se denomina acomodación o
adaptación.
El ojo sano y normal ve los
objetos situados en el infinito sin acomodación enfocados en la retina. Esto
quiere decir que el foco está en la retina y el llamado punto remoto (Pr) está
en el infinito.
Se llama punto remoto la
distancia máxima a la que puede estar situado un objeto para que una persona lo
distinga claramente y unto próximo a la distancia mínima.
Un ojo normal será el que tiene
un punto próximo a una distancia “d” de 25 cm, (para un niño puede ser de 10
cm) y un punto remoto situado en el infinito. Si no cumple estos requisitos el
ojo tiene algún defecto.
El ojo es un sistema óptico que
concentra y logra enfocar en la retina los rayos que salen divergentes de un
objeto (de otro modo los rayos salientes de un punto no podrían recogerse sobre
una pantalla para dar su imagen).